Querido Sebastián,
Te escribo este correo para dejar constancia de mis últimas voluntades confirmando que estoy cuerdo y en pleno uso de todas mis facultades. Quizá lo que te relate a continuación te parezcan desvaríos de viejo al que se le ha ido la cabeza con la jubilación. No hijo mío, no. Bien sabes tú que toda mi vida he sido un hombre sensato, coherente con mis pensamientos y realista con la sociedad en la que me ha tocado desarrollarme como persona. Por tanto, expreso fehacientemente que todos mis bienes sean repartidos según el último testamento redactado por el notario Domínguez Alvarado, amigo mío desde la infancia y que sea él mismo quien os guie si necesitáis ayuda para resolver la documentación y burocracia tras mi desaparición. Continúa leyendo antes de alterarte, por favor. Estoy escribiéndote desde el campamento base que montamos hace ya unas semanas a orillas del lago. Lo sabrías si te hubiera interesado en qué empleaba su tiempo tu padre.
A lo largo de la historia de la humanidad hemos ido perdiendo conocimiento. Todo lo que estudiamos está manipulado. Si tuviéramos pensamiento propio y discernimiento, usaríamos nuestro raciocinio, pero normalmente no lo hacemos. Hoy día desechamos lo que no comprendemos. Se nos ha inculcado que hay que ver para creer y quizás haya que creer primero para poder ver. La verdad está oculta. Desconozco el motivo. Pero lo que sí sé es que hay muchos hilos de los que ir tirando e investigando para poder llegar a la verdad del origen del ser humano. Se han encontrado textos, tablillas, vasijas y utensilios, monumentos o sus restos. Miles de vestigios de que en tiempos remotos existieron civilizaciones avanzadas en sabiduría, conocimientos astronómicos y matemáticos, eran muy buenos navegantes y fueron extendiéndose a lo largo y ancho del planeta creando nuevas civilizaciones pero todas ellas con símbolos, dioses y construcciones muy similares. De hecho, la fonética de sus lenguas primitivas es muy parecida. Por tanto, tantas similitudes culturales, en construcciones y en las mismas deidades a las que adoraban los distintos pueblos antiguos da que pensar a que si bien pudieron estar en contacto de alguna manera o provienen todas de la misma civilización madre.
Y te preguntarás por qué te cuento este rollo, pues porque intenté hablar contigo en persona y por teléfono pero no obtuve respuesta del otro lado. Y la última ocasión no sé si fue por la diferencia horaria o por tu indiferencia que mi llamada se quedó en el intento. Lamentablemente he desechado mi vida aumentando mi patrimonio ganando dinero con los negocios e invertí poco tiempo en mi crecimiento personal. Pero he llegado a la conclusión de que a todas las preguntas que te hagas, tú tienes las respuestas. Están dentro de ti. No valoramos la intuición ni los conocimientos innatos que poseemos. Y como todo, si se estimula y desarrolla, aumentan los dones. Puede que te parezca una tontería, pero mi deseo con esta carta es que sepas por qué hago esto. No sé qué fue lo que me empujó a la práctica del yoga. No recuerdo quién me lo recomendó. Pero la paz que vino con el yoga, me ayudó a aprender a dejar la mente fluir y meditar. Con el paso del tiempo y la práctica, conseguí conectar conmigo mismo y con la fuente. Hay personas (canalizadores) que tienen esa capacidad desarrollada para comunicarse de alguna manera con la fuente original, unos accediendo a registros akáshicos de una biblioteca universal, otros en sueños o viajes astrales y otros por recuerdos de vidas pasadas. Y aunque con dudas, yo me acerqué a ese mundo desconocido y empezaron los sueños. En un principio, soñaba siempre lo mismo. Me veía a mí mismo como hombre, vestido con elegantes ropas de llamativos colores. Era capaz de ver mi hogar, con mobiliario sencillo pero con abundancia en oro y plata. Paseaba por las calles y tocaba con mis manos las paredes de oricalco de los edificios, bonitos y simples, pero también los había imponentes y de una hermosa ornamentación arquitectónica. No se compraba ni se vendía, todo se intercambiaba. Había jueces que se aseguraban de que los intercambios fueran justos. Me sentía feliz viendo a otros trabajando en diversas tareas o niños jugando por los alrededores. Se repetía ese sueño la mayoría de las veces. Cada noche avanzaba un poco, pero despertaba frustrado por el escueto avance. Decidí participar en una sesión de hipnosis y aunque era un poco renuente, terminó siendo una experiencia satisfactoria pues descubrí muchas cosas de mi pasado. Recuerdo encontrarme en una sala de piedra al final de un túnel estrecho, sabía instintivamente cómo podría abrir el acceso a la otra parte de la colosal piedra circular que impedía el paso, por eso me dirigí hacia la derecha para alzar el brazo y presionar con todas mis fuerzas una pequeña piedra hexagonal a la altura de mi cabeza. De pronto, la piedra circular comenzó a moverse y la oscuridad continuaba en ese otro túnel. Respiré profundamente para infundirme ánimos y emprender otra caminata de varios días. Sumados a los ya acumulados hasta llegar a esa sala.
Obviamente no me rendí y continué indagando sobre ello. Una madrugada desperté soliviantado porque sabía cuál era mi hogar, descubrí a través de un viaje astral que soy Apus. «Illapa llegó enfadado porque no le gustaban las últimas decisiones de Viracocha, no quería que Inti se enterara porque estaría muy decepcionado. Le dije que ayudaría a las criaturas indefensas a resguardarse de lo venidero y se despidió de mí llamándome “APUS”». Me hice amigo de Google y continué buscando lo que me inquietaba. Me defraudaban las informaciones cruzadas, las duplicidades, las incoherencias o simplemente que no encontrase lo que andaba buscando. Hay más verdades en mitos y leyendas que en los libros de historia. Debido a mis investigaciones he ido encontrándome con gente versada en estos temas de civilizaciones antiguas. Unos más reacios que otros a compartir sus conocimientos. Pero el dinero nunca fue un problema para disipar sus dudas. Algunos incluso se convirtieron en colaboradores y se unieron a mi búsqueda. En mi equipo hay geólogos, espeleólogos, submarinistas de profundidad, arqueólogos, historiadores, teólogos y expertos en símbolos y lenguas antiguas, como la escritura cuneiforme, el sánscrito, el magiar, el latín y el griego. Como comprenderás, no es un proyecto que se haga en un día. Si buceas en textos antiguos sacados de aquí y de allí, te chocarán que todas las culturas comparten historias similares, como el diluvio. Dicen que cayó una luna llamada “Kelos” que trajo consigo bolas de fuego, piedras incandescentes y tsunamis. Por lo que la gente se refugió en cuevas subterráneas para sobrevivir a la crecida de las aguas. Cuando pasó y emergieron a la superficie se dieron cuenta de que todo cambió. Algunos prefirieron permanecer bajo tierra formando civilizaciones intraterrenas y otros se desplazaron a otras zonas para dar lugar a nuevas civilizaciones: mayas, aztecas, incas, iberos, tartesos, cartagineses, egipcios, indios vedas... Otros dicen que el diluvio sucedió tras una guerra de semidioses y que un dios superior puso fin al conflicto hundiéndolo todo bajo las aguas y haciendo emerger nuevos territorios. Otros también creen que hubo una guerra, una entre atlantes y sumerios, seres del agua contra seres de la tierra. Pudiera ser debido a eso que hoy día Oriente Medio es un desierto y en la antigüedad lo describieran como un vergel, porque cabe la posibilidad de que provocasen una guerra nuclear con su avanzada tecnología.
Según cuenta la leyenda, antes de que existiera el Lago Titicaca, en este lugar se encontraba un valle fértil. Sus ciudadanos eran felices con lo que los dioses les otorgaban: luz y lluvia para las cosechas y tierra para conseguir comida. Apus, dios de las montañas, les protegía y no conocían sentimientos negativos como el odio y la ambición. Los dioses les daban libertad absoluta a los ciudadanos del valle con una única excepción: tenían prohibido subir a la cima de una de las montañas, ya que allí se encontraba una hoguera con el fuego sagrado. De esa manera, los humanos vivieron durante muchos años sin ningún problema y en absoluta paz. Pero un espíritu maligno que habitaba en la zona prohibida para los hombres, estaba totalmente celoso de que estos vivieran con tanta felicidad. Por eso, Supay hizo lo posible para conseguir que las personas desobedecieran a sus dioses y siguieran el camino de la curiosidad. Supay era el Dios de la muerte, representado con una figura de aspecto demoníaco de largos cuernos, afilados dientes y ojos penetrantes; convirtiéndolo en un peligro para aquellos que no guardaran respeto o que intentaran burlarse de él, sin embargo, existían personas que creían en su gran poder, llegando al punto de adorarlo, para que este les concediera favores a través de rituales, ofrendas y la creación de altares (cultos que incluían ofrendas de alimentos, danzas, hojas de coca, licor de maíz y en ocasiones especiales se llevaban acabo sacrificios humanos conocidos como Capac Cocha). Con las artimañas del espíritu maligno, los humanos se sintieron, como nunca tentados a escalar la montaña, descubrir los secretos que allí aguardaban y así, demostrar su valentía. Apus, al ver la actitud de sus ciudadanos, los detuvo a mitad de camino sin que pudieran escapar: mandándoles a cientos de miles de pumas y estos animales devoraron a las personas que habían desobedecido a sus dioses. Al ver esta terrible imagen, Inti, el dios Sol, se estremeció y comenzó a llorar sin parar, hasta tal punto que el valle en el que habitaban estas personas quedó totalmente inundado. Así, la población fue exterminada, excepto por un hombre y una mujer que, subidos en una barca de junco, lograron salvarse y contemplar todo lo que había pasado: su fértil valle era ahora un enorme lago y los pumas que habían sido mandados por los dioses se habían convertido en rocas.
En este mundo dual siempre hay dos opuestos: luz y oscuridad, frío y calor, norte y sur, hombre y mujer, dos hemisferios cerebrales, dos brazos, dos piernas, dos ojos, etc. En la historia también hay dos versiones. Me resonó mucho esta leyenda porque la viví. Yo fui o soy Apus, si no me engañan los recuerdos de mi alma. Creo firmemente que ayudé a miles de seres avisándoles de lo que se avecinaba, aconsejándoles que se escondieran en cuevas, que huyeran a través de los túneles a lugares seguros bajo tierra. Mientras al mismo tiempo debía obedecer las órdenes de Viracocha y dar muerte a los desobedientes dándoles caza con pumas. La culpabilidad aún me pesa hoy. Así que podrás creerlo o no. Pero voy a emprender la aventura de mi vida actual. Teorías hay muchas, hijo mío. Mantengo la esperanza de encontrar un mundo intraterreno con un brillante sol rojo, buen clima, alimentos y animales de gran tamaño, cuando alcance mi objetivo. Bajaremos buceando unos cuarenta metros donde se encuentra la cueva que creemos nos llevará al túnel que conduce a la puerta que busco constantemente en mis sueños para alcanzar el mundo increíble que intuyo hay. Pertrechados con ropa de abrigo, agua y comida para varios días emprenderemos camino hacia el fin. En la oscuridad la percepción por los sentidos se amplia y se expande la conciencia. Es un viaje físico y también al interior de uno mismo. Es libre de acompañarme quien quiera de mi equipo, pero bajo su cuenta y riesgo. No puedo dar seguridad de que los seres que puedan recibirnos sean positivos o que puedan ocurrir imprevistos o accidentes antes de alcanzar el motivo de la expedición.
El lago Titicaca está entre Perú y Bolivia, tiene una extensión de 8300 km2 y es el lago navegable situado a más altura del mundo (3800m). Si observamos el lago desde arriba, tiene forma de puma. Oficialmente han confirmado la existencia de túneles subterráneos alrededor del lago Titicaca. Hay uno de 340 km que conduce a Sacsayhuamán (Cuzco). Un geo-radar estimó que debajo de Tihuanaco (a unos 15 km de Titicaca) hay cámaras subterráneas y una red de túneles.
Llevo bastante tiempo preparándome física y mentalmente para afrontar con mis años la inmersión y a continuación ser capaz de cargar yo mismo una mochila con todo lo que pueda necesitar en la travesía a través de los túneles subterráneos hasta llegar después de varios días a pie a la sala que llevo años soñando. Abriré la puerta y una vez que pase al otro lado no volveré. Así que hijo mío, es una despedida triste la nuestra. Ojalá ambos hubiéramos puesto más empeño para darnos un poco de tiempo de calidad y no encontrarnos en estas circunstancias.
En una tablilla se decía que los dioses utilizaron a los hombres para depositar en ellos las almas que quedarían aisladas y encerradas en las prisiones de sus cuerpos hasta el final de los tiempos o año cósmico, en un proceso de evolución espiritual. Y también como planeta de biblioteca viviente que recoge y conserva todo tipo de registro e información de la genética galáctica y más allá. «Cuando los dioses regresen, los humanos comprenderán sus actos. Y surgirá un nuevo mundo en el que los hombres, los animales y las plantas vivirán juntos en una unión sagrada».
A mi edad no me voy a quedar esperando a que los Maestros antiguos, mis hermanos, vengan a solucionar nuestros problemas como humanidad. No parece que sepamos ejercer nuestro libre albedrío. Como moraleja deberíamos haber aprendido que una sociedad al volverse rica se convierte en corrupta y belicosa, por lo que son merecedores de un castigo divino. Puede que mi pena sea reencarnarme una y otra vez para pagar mis fallas pasadas. Así que he puesto los medios necesarios para realizar este viaje.
Esperando que todo ocurra según mis planes y expectativas. Hasta siempre Sebastián.
Se despide de ti y los tuyos, tu padre que te quiere aunque no haya sabido demostrarlo.
Ana E.
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