Pintora: María Valverde
Escritor: F. Javier Morillo
María pintó este cuadro con la intención de que un alumno de escritura lo relatara. Aquí podéis ver el resultado de ambos trabajos de libre creación.
Mi madre siempre me lo dijo: «no te presentes voluntario ni para coger dinero». Estas vistas son impresionantes, solo que son las mismas. Cuando acepté esta misión ya lo sabía, pero era una oportunidad única, la última oportunidad en realidad, por eso me presenté. Acepté que mi única vista sería este inamovible desierto, a veces rojo, a veces azul; que la única compañía que tendríamos iba a ser esa luna siempre inmensa, siempre llena, que cada diecisiete horas se coloca en el horizonte de la ventana, de la única ventana; que veríamos amanecer cada diez horas y treinta tres minutos, siempre el mismo, siempre en el mismo lugar; que tendría que depurar mis orines para recuperar el agua, que la tendría que beber; lo acepté todo para venir a esta estación espacial.
Lo asumí sin posibilidad de marcha atrás porque íbamos a pasar toda la vida juntos. Lo hice por venir contigo.
Y aquí estamos, juntos, en esta eternidad, rodeados del polvo que yo elegí, y tú encerrada en tu urna, en polvo de cenizas, que eligió por ti aquel maldito conductor borracho.
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