Escritora: Jazmín Pilar Núñez
Pintor: Angélica Martos
Jazmín escribió este relato con la intención de que un alumno de pintura realizara la obra gráfica. Aquí podéis ver el resultado de ambos trabajos de libre creación.
Mijas-Costa, 22 de diciembre de 1991
Amado y querido:
Te escribo desde mi humilde alcoba. Mi espalda semidesnuda reposa en la silla de enea blanca que tanto te gusta, y observo la luz del alba que penetra en el escritorio, con la timidez de su primer rayo de luz.
El día ha comenzado con una leve sonrisa, entreabro los ojos afianzando en mi mente la última cita. Mis delicadas manos asen una pluma que adquiere vida propia. De forma instintiva mis dedos emiten movimientos provocando trazos limpios, con ellos describo cada instante de nuestro último encuentro.
¿Recuerdas? Aquella mañana me levanté rebosante de amor; tu cuerpo yacía desnudo en la cama y por un momento te comparé con Eros. Mi vientre se contrajo y sentí la necesidad de respirar aire fresco, llenando cada rincón de mis pulmones; me sentía viva. Te susurre al oído: amor mío, necesito alimentarme.
Descolgué del armario el vestido que me regalaste, ese que tenía olvidado en el fondo. Me lo puse… lo cierto, es que me favorecía. Tu mirada se cruzó con la mía, tus verdes ojos chispeaban, tu tibia boca me desvestía. Trenzamos nuestras manos buscando una nueva aventura.
Las calles vacías se fueron llenando paulatinamente. Nunca sentí tantas emociones juntas. Mis ojos giraban buscando las aceras, subiendo a las farolas, divisando las azoteas (adornadas con floridos maceteros); uniendo la tierra con un cielo grisáceo entre un mar de nubes. Pequeñas ráfagas de luz colmaban mi ser de una sensación cálida y alegre.
Nunca hubiera podido imaginar tanta vida. El ruido, el ir y venir de las personas, los distintos olores que he llegado a saborear, sintiendo que me pertenecían.
Por primera vez fui dueña de mis pensamientos. Amé la libertad, dejé atrás los miedos; esa cárcel que construí a mí alrededor sobre unos pilares sin cimientos.
Por eso hoy mis palabras, solo pueden ser de agradecimiento hacia ti. Gracias. Un millón de gracias, mi amigo, mi amante, mi amado. Tú que con tu esencia has perforado mi ser. Tu amor me ha sanado, de ti he aprendido a dar importancia a las cosas que realmente son importantes, a desechar lo banal y amar lo verdadero, has llenado mi espacio de paz y tranquilidad. ¡Te quiero!.
Anhelo tu pronto regreso, siempre tu fiel amada.
Jazmín
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